martes, 14 de diciembre de 2010

Manchester United 1 - 0 Arsenal

Si el partido de esta noche hubiese sido un combate de boxeo, podríamos afirmar que el equipo local ganó a los puntos, y, a pesar de no haber noqueado a su rival cuando pudo (Nani tuvo en sus botas el 2-0 a 15 minutos del final), no fue necesario más esfuerzo por parte de los de Ferguson para llevarse la pelea. El Arsenal ha demostrado debilidad, inseguridad, no ha sabido jugar con la presión de los Red Devils y ha sido inferior en todos los aspetos del juego. Han transformado lo que debía ser agresividad en dureza, y lo que debía ser dureza en chiquilladas.

Wenger no ha aprendido nada. Me sorprende que sea capaz de chocar tantas veces con la misma piedra o, lo que es más grave, no encuentre la forma de superarla. El Manchester planteó un partido muy similar al de hoy la temporada pasada en el Emirates, con el resultado de 1-3 para los visitantes. La única diferencia, aparte de que Vidic y Ferdinand estaban lesionados, fue la presencia de Scholes en lugar de Anderson. El esquema fue igual, la estrategia fue la misma y el resultado parecido. La presencia de 3 centrocampistas hizo dominar la franja centra a Ferguson, y Clichy mostró todas sus carencias frente a un gran Nani (igualmente aplicable al partido de esta noche).

El Arsenal ha decepcionado desde su planteamiento. La primera parte de los gunners ha sido muy floja; tampoco el Manchester jugó un gran fútbol, pero fue superior y encontró su premio en el minuto 40 gracias a un gran cabezazo de Park. Los 45 minutos no merecen más que estas líneas.

La segunda parte mostró una mejor versión de los visitantes, que llegaron a conectar con su juego durante algunos minutos. Una ocasión para Chamakh tras un disparo de Nasri y la entrada de Cesc y van Persie en el terreno de juego aumentaban la ilusión de los gunners, pero no obtuvieron fruto. Entre tanto, el Manchester trabaja. Todo el mundo en el Manchester trabaja, comenzando con van der Sar, que es un maestro a la hora de aguantar el balón y colocar a su equipo, y terminando con Rooney, que no ha parado de correr durante todo el partido, para desgracia de Koscielny y Squillaci.

En el minuto 72, en la enésima ocasión que Nani superó a Clichy, éste tocó el balón con la mano en el área, y Howard Webb decretó penalti. Rooney lanzó a las nubes. Bajo los palos de la portería del Arsenal se encontraba Wojciech Szczesny, un joven guardameta polaco de impronunciable nombre que ha sido de lo mejor del equipo de Wenger. Quizá el alsaciano vea la parte positiva: ha perdido el partido pero, al menos, ha ganado un portero, que falta le hacía.

1 comentario: