viernes, 23 de abril de 2010

¡Este no es nuestro Atleti! ¡Nos lo han cambiado!

Los aficionados del Atlético de Madrid, principalmente los más jóvenes, que aún apenas han disfrutado de los logros de su equipo, no dan crédito a lo que están viendo.

Seis meses han pasado desde la destitución de Abel y la llegada de Quique Sánchez Flores. El Atlético encontró en este cambio la ansiada “estabilidad” que buscaba, a lo que ayudó la irrupción de Domínguez, la seguridad de De Gea y la llegada de Tiago.

La temporada del Atlético se juega a tres cartas; una de ellas le da la Copa del Rey, las otras dos, la Europa League. Los colchoneros están a sólo tres pasos de conquistar un nuevo doblete, y para ello deberán dejar por el camino al Sevilla en el Camp Nou, al Liverpool en Anfield y al Fulham o Hamburgo en el HSH Nordbank Arena.

Si el Atlético no gana ningún título, volverá la inestabilidad; puede que uno o varios de los cracks tengan que salir del club y no sería segura la continuidad de Quique (Bianchi, prepárate).

Si el Atlético gana un título, los problemas desaparecerán, el club recuperará prestigio y estatus.

Si el Atlético gana el doblete, Neptuno llorará.