Los aficionados del Atlético de Madrid, principalmente los más jóvenes, que aún apenas han disfrutado de los logros de su equipo, no dan crédito a lo que están viendo.
Seis meses han pasado desde la destitución de Abel y la llegada de Quique Sánchez Flores. El Atlético encontró en este cambio la ansiada “estabilidad” que buscaba, a lo que ayudó la irrupción de Domínguez, la seguridad de De Gea y la llegada de Tiago.
La temporada del Atlético se juega a tres cartas; una de ellas le da la Copa del Rey, las otras dos, la Europa League. Los colchoneros están a sólo tres pasos de conquistar un nuevo doblete, y para ello deberán dejar por el camino al Sevilla en el Camp Nou, al Liverpool en Anfield y al Fulham o Hamburgo en el HSH Nordbank Arena.
Si el Atlético no gana ningún título, volverá la inestabilidad; puede que uno o varios de los cracks tengan que salir del club y no sería segura la continuidad de Quique (Bianchi, prepárate).
Si el Atlético gana un título, los problemas desaparecerán, el club recuperará prestigio y estatus.
Si el Atlético gana el doblete, Neptuno llorará.
viernes, 23 de abril de 2010
¡Este no es nuestro Atleti! ¡Nos lo han cambiado!
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