Seis meses han pasado desde la destitución de Abel y la llegada de Quique Sánchez Flores. El Atlético encontró en este cambio la ansiada “estabilidad” que buscaba, a lo que ayudó la irrupción de Domínguez, la seguridad de De Gea y la llegada de Tiago.
La temporada del Atlético se juega a tres cartas; una de ellas le da la Copa del Rey, las otras dos, la Europa League. Los colchoneros están a sólo tres pasos de conquistar un nuevo doblete, y para ello deberán dejar por el camino al Sevilla en el Camp Nou, al Liverpool en Anfield y al Fulham o Hamburgo en el HSH Nordbank Arena.
Si el Atlético no gana ningún título, volverá la inestabilidad; puede que uno o varios de los cracks tengan que salir del club y no sería segura la continuidad de Quique (Bianchi, prepárate).
Si el Atlético gana un título, los problemas desaparecerán, el club recuperará prestigio y estatus.
Si el Atlético gana el doblete, Neptuno llorará.